5.- Vino a su casa y los suyos no la recibieron

Llegamos al centro de la muestra que se expone. Aquí se presenta la Pascua del Hijo de Dios, su entrada en la muerte. Todo este recorrido nos invita a introducirnos en el misterio del sufrimiento y Pasión de Cristo Buen Pastor, que da la vida por las ovejas, es decir por todas las personas. Va desde los temas eucarísticos, última cena, beso de Judas, negación de Pedro, juicio ante Pilato, y amplia sección de la flagelación –versiones del Ecce Homo; otra sección de motivos de la Santa Faz y manto de la Verónica para llegar al camino del Calvario y  varias representaciones de Cristo crucificado, Virgen Dolorosa, María Magdalena, descendimiento de la Cruz, “Pietá”, ofrenda de Cristo al Padre, entierro, y Cristo en el sepulcro. Se trata en su mayoría de cuadros muy contrastados entre la luz y la oscuridad, acentuando así su carácter dramático: negro como muerte y cuerpos dorados como luz y vida.

EL DESCENDIMIENTO
Acrílico sobre madera, 266 x 170 cm.
Parroquia de Ntra. Sra. de los Ángeles
El Esparragal (Murcia)
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ESUCRISTO BUEN PASTOR
 Óleo sobre tela 89 x 65 cm.
Privado 
Al inicio del Misterio Pascual se nos invita a reflexionar sobre Jesucristo como Buen Pastor, pues él es el que da la vida por las ovejas: “Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo y abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa”. (Jn 10,11-12). Esta será la voluntad de Dios: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca si no que tenga vida eterna” (Jn 3,16). El es El Buen Pastor que nos conduce hacia las fuentes de agua viva, hacia las verdes praderas de su Reino.


CORAZÓN DE JESÚS Y LA EUCARISTÍA 
 Óleo sobre tela 81 x 65 cm.
Privado 
Esta obra relaciona a la Eucaristía con la devoción del Corazón de Jesús. Pues la Eucaristía es el sacramento del amor de Dios que se da de alimento. “Con ansia he deseado comer esta pascua con vosotros antes de padecer...... Tomó luego el pan y dadas las gracias lo partió y se lo dio diciendo: “Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mío.” De igual modo, después de cenar, la copa, diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros” (Lc 22,14-20).


JESÚS Y PEDRO, ÚLTIMA CENA 
 Óleo sobre madera 33 x 23 cm.
Privado 
“¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tu cuando hayas vuelto confirma a tus hermanos.” El dijo: “Señor, estoy dispuesto a ir contigo hasta la cárcel y la muerte.” Pero él dijo: “Te digo, Pedro: No cantará hoy el gallo antes que hayas negado tres veces que me conoces.” (Lc 22,31-34).


BESO DE JUDAS
 Óleo sobre tela 61 x 50 cm.
Privado 
“Todavía estaba hablando, cuando se presentó un grupo; el llamado Judas, uno de los doce, iba el primero, y se acercó a Jesús para darle un beso. Jesús le dijo: ¡Judas, con un beso entregas al Hijo del hombre! “(Lc 22,47-48). “Esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas” (Lc 22,53).


NEGACIÓN DE PEDRO 
 Óleo sobre tela 45 x 33 cm.
Privado 
“Le dijo Pedro: “¡Hombre no sé de que hablas!” y en aquel momento, estando aún hablando, cantó un gallo, y el Señor se volvió y miró a Pedro, y recordó Pedro las palabras del Señor, cuando le dijo: “Antes que cante hoy el gallo, me habrás negado tres veces. “ Y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente” (Lc 22,60-62).


JESÚS Y PILATO
 Óleo sobre tela 55 x 46 cm.
Privado 
“Mas ellos seguían gritando con más fuerza: “¡Sea crucificado!” Entonces Pilato viendo que nada adelantaba, si no que mas bien se promovía tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la gente diciendo: “Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis. “Y todo el pueblo respondió: “¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!” Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarle, se lo entregó para que fuera crucificado” (Mt 27,23-26).


JESÚS TRAS LA FLAGELACIÓN
 Óleo sobre tela 146 x 114 cm.
Privado 
Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle(Jn 19,1). “Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se vuelve el rostro, despreciable, y no le tuvimos en cuenta. ¡y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba  y nuestros dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y  humillado. Él ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. Él soportó el castigo que nos trae la paz, con sus cardenales hemos sido curados” (Is 53, 3-5).


ECCE HOMO
 Óleo sobre tela 91 x 73 cm.
U.C.A.M. 
“Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le pusieron un manto púrpura; y acercándose a él, le decían: ”Salve, Rey de los Judíos.” Y le daban bofetadas” (Jn 19, 2-3).


ECCE HOMO
 Óleo sobre tela 81 x 60 cm.
Privado 
Volvió a salir Pilato y les dijo: “Mirad, os lo traigo fuera para que sepáis que no encuentro ningún delito en él”. Salió entonces Jesús fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Díceles Pilato: “Aquí tenéis al hombre” (Jn 19, 4-5).


ECCE HOMO  
Óleo sobre tela 91 x 65 cm.
Parroquia de Ntra. Sra. de La Encarnación de La Raya (Murcia) 
Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron: “!Crucificarlo, crucificarlo¡” Les dice Pilato: ¡Tomadlo vosotros y crucificarle, porque yo ningún delito encuentro en él” Los judíos le replicaron: “Nosotros tenemos una ley y según esta ley debe morir, porque se tiene por hijo de Dios” (Jn 19, 6-7).


ROSTRO DE ECCE HOMO
 Óleo sobre tela 55 x 46 cm.
Privado 
Cuando oyó Pilato estas palabras, se atemorizó aún más. Volvió a entrar en el pretorio y dijo Jesús: “¿de dónde eres tú? Pero Jesús no le dio respuesta. Dícele Pilato: “¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo poder para soltarte y poder para crucificarte?” Respondió Jesús: “No Tendrías contra mi ningún poder, si no se te hubiera dado de arriba; por eso el que me ha entregado a ti tiene mayor pecado” (Jn 19,8-11).
“Fue oprimido, y el se humillo y no abrió la boca. Como un cordero al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él abrió la boca”.  Tras arresto y juicio, fue arrebatado y de sus contemporáneos, ¿quién se preocupa?” (Is 53, 7-8).


JESUS ABRAZANDO LA CRUZ
 Óleo sobre tela 81 x 60 cm.
Privado 
“Era el día de la preparación de la Pascua, hacia la hora sexta. Dice Pilato a los judíos: “Aquí tenéis a vuestro Rey”. Ellos gritaron: ¡fuera, fuera! ¡Crucificarle! Les dice Pilato: “A vuestro Rey voy a crucificar?” replicaron los sumos sacerdotes: “No tenemos más Rey que el Cesar”. Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues a Jesús, y él cargando su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota  (Jn 19 14-17).
Jesús abrazando su propia cruz nos invita también a los cristianos a abrazar y llevar la nuestra.


SANTA FAZ 
Óleo sobre tela 33 x 23 cm.
Privado 
De Jesús se puede decir: “Eres el más bello de los hombres” y con el salmo “Eres hermoso, el más hermoso de los hijos de Adán, la gracia está derramada en tus labios. Por eso Dios de bendijo para siempre” (Sal 45, 3).
Pero esta hermosura en la pasión se ve torturada de dolor hasta ser deformada: “Pues tan desfigurado tenía el aspecto que no parecía hombre, ni su apariencia era humana” (Is 52,14).


SANTA FAZ
 Óleo sobre madera 42 x 27 cm.
Privado 
La faz de Cristo interpela el corazón humano, pues Dios se ha manifestado mediante el Rostro, el rostro humano de Cristo. El deseo de contemplar el rostro de Dios se sacia en la contemplación de la humanidad de Jesús “A Dios nadie lo ha visto jamás; el hijo único, que está en el seno del padre él lo ha contado” (Jn 1,18).


SANTA FAZ 
Óleo sobre madera 50 x 40 cm.
Privado 
“El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de si mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a si mismo obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y  le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre” (Flp 2,6-13).


SANTA FAZ 
Ceras sobre papel 40 x 30 cm.
Privado 
“Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar es mi carne por la vida del mundo” (Jn 6, 51). En la pasión de Cristo se descubre el verdadero rostro de Dios que es amor e infinita misericordia. La mirada de Cristo siempre es una mirada de AMOR.


SANTA FAZ
Ceras sobre papel 43 x 24 cm.
Privado 
“Discutían entre si los judíos y decían: ¿Cómo puede este darnos a comer su carne?” Muchos de sus discípulos al oírle dijeron: “Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo? Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: “¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis a su hijo del hombre subir a donde estaba antes?... “El espíritu es el que da vida; la carne ni sirve para nada (Jn 6, 52. 60-63).  
Parece duro el lenguaje de Dios que entrega a la muerte a su propio Hijo, y a nosotros se nos invita también a participar de esta muerte.


SANTA FAZ, SABANA SANTA 
 Óleo sobre tela 81 x 60  cm.
Privado 
La obra representa una reconstrucción del rostro de Cristo inspirada en la Sábana Santa. Jesús es verdaderamente un hombre de carne y hueso como nosotros pese a su condición divina. Por tanto verdaderamente padece y sufre todos los tormentos de la Pasión y Muerte. Sin embargo la Fe nos hace cantar, como la novia del Cantar de los cantares:
“Mi amado es fúlgido y rubio, distinguido entre diez mil. Su cabeza es oro, oro puro; sus guedejas racimos de palmeras, negras como el cuervo. Sus ojos como palomas juntos a arroyos de agua, bañándose en eras de balsameras, macizos de perfumes. Sus labios son lirios que destilan mirra fluida”. (Ct 5, 10-13).


VELO DE LA VERÓNICA 
Óleo sobre tela 60 x 60 cm.
Particular 
Corresponde a una piadosa tradición el hecho de que una mujer, movida por el amor y la compasión, fue a enjugar el rostro de Jesús en el camino del Calvario tras su primera caída por el peso de la cruz. En este velo que utilizó quedó impreso el rostro de Cristo milagrosamente. Independientemente de su carácter histórico o no, es un gesto de amor que ha conmovido al Pueblo de Dios como si cada discípulo deseara limpiar esta sangre y aliviar este sufrimiento. “Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos” (Jn 15, 12-13).


VELO DE LA VERÓNICA 
 Óleo sobre tela 73 x 73 cm.
U.C.A.M. 
Lo que estaba oculto de Dios ha sido “desvelado” en Cristo, y lo que ha sido desvelado es el infinito amor del Padre que no se reservó ni a su propio Hijo. La máxima contemplación de Dios será, pues, contemplar este rostro torturado de Cristo. Cuando Moisés conversaba cara a cara con Dios y salía de la tienda del encuentro cubría su rostro con un velo pues este estaba radiante de la gloria de Dios. Con la muerte de Cristo en la cruz todo está desvelado: “En esto el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba a bajo” (Mt 27,50).


VELO DE LA VERÓNICA
 Óleo sobre tela 73 x 60 cm.
Privado 
Otra versión del mismo motivo. Ahora se ha interpretado como si fuera una “reliquia” del verdadero manto de la Verónica; por eso su tonalidad es parda y envejecida, y la tonalidad de la sangre oscura, emulando el envejecimiento de la tela. No se pretende “un fraude”, en absoluto; sino proporcionar al espectador la sensación de situarse ante un objeto sagrado que le invite a la oración.


JESÚS Y SU MADRE EN EL CAMINO DE LA CRUZ 
 Óleo sobre tela 97 x 97 cm.
Parroquia de Ntra. Sra. de La Encarnación de La Raya (Murcia) 
Cuando Jesús es arrestado todos los discípulos huyen y se esconden, pero Juan como “discípulo amado”, permanecerá fiel. En esta obra se representa el tradicional encuentro de Jesús con su madre en el camino del Calvario y junto a la Madre también el “discípulo amado”  Juan. “Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersareis cada uno por vuestro lado y me dejareis solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo” (Jn 16, 52). “Si alguno quiere venirse en pos de mi, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada dia y sígame. Porque quien quiere salvar su vida la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ese la salvará” (Lc 9, 23-24).


JESÚS CRUCIFICADO
 Óleo sobre tela 162 x 130 cm.
Seminario Diocesano de Murcia
 “Le conducen al lugar del Gólgota, que quiere decir: Calvario. Le daban vino con mirra, pero él no lo tomó. Le crucificaron y se reparten sus vestidos, echando a suertes a ver que se llevaba cada uno. Era la hora tercia cuando le crucificaron. Y estaba puesta la inscripción de la causa de su condena: “ El Rey de los judíos”. Con él crucificaron a dos salteadores, uno a su derecha y otro a su izquierda” (Mc 15, 22-27).


CRISTO CRUCIFICADO
 Óleo sobre tela 310 x 192 cm.
U.C.A.M. 
“Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: “Eloi, Eloi, ¿Lema Sabactaní? –que quiere decir- “¡Dios mio, Dios mio!” ¿Por qué me has abandonado?” Al oír esto alguno de los presentes decían: “Mira llama a Elias.” Entonces uno fue corriendo a empapar una esponja en vinagre y sujetándola a una caña, le ofrecía de beber diciendo: “Dejad, vamos a ver si viene Elias a descolgarle.” (Mc 15, 33-36).
 “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?
¡Lejos de mi salvación la voz de mis rugidos!....
Y  yo, gusano que no hombre,
vergüenza del vulgo, asco del pueblo,
todos los que me ven de mí se mofan,
mueven los labios, menean la cabeza;
“se confió a Yahveh, ¡pues que él le libre,
que le salve, puesto que le ama!” (Sal 22, 1.1-9).


CRISTO CRUCIFICADO
 Óleo sobre tela 270 x 165 cm.
Privado
 “Como el agua me derramo, todos mis huesos se dislocan, mi corazón se vuelve como cera, se me derrite entre mis entrañas. Está seco mi paladar como una teja y mi lengua pegada a mi garganta; tú me sumes en el polvo de la muerte.
Perros innumerables me rodean, una banda de malvados me acorrala como para prender mis manos y mis pies, puedo contar todos mis huesos; ellos me observan y me miran, reparten entre si mis vestiduras y se sortean mi túnica” (Sal 22 15-19).
 “Pero Jesús lanzando un fuerte grito, expiró”  (Mc 16, 37).


DOLOROSA 
Óleo sobre tela 100 x 81 cm.
Parroquia de Ntra. Señora de La Encarnación de La Raya (Murcia) 
Junto a la cruz de Jesús estaba su madre y la hermana de su madre, Maria, mujer de Clopás y Maria Magdalena”. Jesús viendo a su madre y junto a ella el discípulo a quien amaba, dice a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” Luego dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa” (Jn 19, 25-27).


MARIA MAGDALENA 
Óleo sobre tela 100 x 81 cm.
Parroquia de Ntra. Señora de La Encarnación de La Raya (Murcia)
 “Había también unas mujeres mirando desde lejos, entre ellas, Maria Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de Joset, y Salomé, que le seguían y le servian cuando estaba en Galilea, y otras muchas que habian subido con él a Jerusalén”. (Mc 15,  40-41). Maria, Magdalena supo permanecer junto a Jesús por el gran amor que le profesaba: “Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra” (Lc 7, 47).


LA LAMENTACIÓN 
Óleo sobre tela 150 x 250 cm.
Privado
 “Pero al llegar a Jesús como lo vieron ya muerto no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua. Y todo esto sucedió para que se cumpliera la escritura: No se le quebrará hueso alguno. Y también otra escritura dice: Mirarán al que traspasaron” (Jn 19, 33).
La escena representa el momento en que Cristo es bajado de la Cruz por José de Arimatea. En ella aparecen junto a Jesús muerto, San Juan, La Virgen María, Maria la de Santiago, Salomé con el sudario, Nicodemo con las profecías, Maria Magdalena llorando a los  pies de Jesús con los perfumes y José de Arimatea. “Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar” (Jn  19,40).


“PIETÁ” 
Óleo sobre tela 185,5 x 123 cm.
Privado
La Piedad quizás sea la escena más conmovedora de la Pasión: La madre recibe a su hijo en brazos y lo recuesta en su regazo como lo hiciera de niño cuando lo amamantaba. Hay un desgarro de dolor, pero también una esperanza, una luz que alumbra la penumbra de la Fe: Se trata de un designio de amor, una Obra del Padre y el cumplimiento de la misión mesiánica revelada en el Bautismo, cuando el Espíritu Santo bajó en forma de paloma sobre Jesús. María sin duda recordaría las palabras del anciano Simeón “¡Y a ti misma una espada te traspasará el alma!” (Lc 2, 35)


LA SEPULTURA DE CRISTO
 Óleo sobre tela 130 x 195 cm.
Privado
“Quien comprando una sabana, lo descolgó de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro que estaba excavado en roca; luego hizo rodar una piedra sobre la entrada del sepulcro. María Magdalena y Maria de Joset se fijaban donde era puesto” (Mc 15, 46-47).
La escena representa el momento en que Jesús es introducido en el sepulcro, recostado sobre la losa, envuelto en la sábana, preparado el sudario que ha de rodear su cabeza con las dos monedas que han de ser depositadas sobre sus párpados, según la costumbre judía. Al fondo una luz de atardecer -hora de su sepultura- , y la piedra que ha de rodar para sellar la sepultura. Los personajes son los mismos que en la Lamentación: Jesús muerto, María Magdalena, San Juan, La Virgen María, Nicodemo, Maria la de Santigo, Salomé, y en primer plano José de Arimatea.


SANTÍSIMA TRINIDAD
 Óleo sobre tela 240 x 160 cm.
Privado
Se trata en realidad de una composición teológica. El Padre recibe en la gloria el sacrificio de su Hijo. Este lo recoge en sus brazos, lo recibe en su seno, y Cristo con los brazos extendidos asciende al Padre. El Espíritu Santo en forma de Paloma reposa sobre la cabeza de Cristo y brota del corazón del Padre. Pues en el misterio trinitario, iluminado por San Agustín, el Espíritu es fruto del amor muto del Padre hacia el Hijo y del hijo hacia el Padre, por ello en la pintura se encuentra entre ambos. Las tonalidades de la obra, amarillo, rojo y azul, corresponde también a los tres colores primarios.
Padre en tus manos pongo mi espíritu” (Lc 23, 46).
“Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo y voy al Padre” (Jn 16, 28).


CRISTO EN EL SEPULCRO
Óleo sobre tela, 48 x 200 cm.
Privado
Cristo dentro de la sepultura, según una imagen tradicional. “¿Qué es lo que hoy sucede? Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio, porque el Rey duerme. La tierra esta temerosa y sobrecogida, porque Dios se ha dormido en la carne y ha despertado a los que dormían desde antiguo. Dios ha muerto en la carne y ha puesto en conmoción al abismo.
Va a buscar a nuestro primer padre como si éste fuera la oveja perdida. Quiere visitar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte. El, que es al mismo tiempo Dios e Hijo de Dios, va a librar de sus prisiones y de sus dolores a Adán y Eva “.(De una homilía antigua sobre el grande y santo sábado; Oficio de lecturas del Sábado Santo).