Llegamos al centro de la muestra que
se expone. Aquí se presenta la Pascua del Hijo de Dios, su entrada en la
muerte. Todo este recorrido nos invita a introducirnos en el misterio
del sufrimiento y Pasión de Cristo Buen Pastor, que da la vida por las
ovejas, es decir por todas las personas. Va desde los temas
eucarísticos, última cena, beso de Judas, negación de Pedro, juicio ante
Pilato, y amplia sección de la flagelación –versiones del Ecce Homo;
otra sección de motivos de la Santa Faz y manto de la Verónica para
llegar al camino del Calvario y varias representaciones de Cristo
crucificado, Virgen Dolorosa, María Magdalena, descendimiento de la
Cruz, “Pietá”, ofrenda de Cristo al Padre, entierro, y Cristo en el
sepulcro. Se
trata en su mayoría de cuadros muy contrastados entre la luz y la
oscuridad, acentuando así su carácter dramático: negro como muerte y
cuerpos dorados como luz y vida.
EL DESCENDIMIENTO
Acrílico
sobre madera, 266 x 170 cm.
Parroquia
de Ntra. Sra. de los Ángeles
El
Esparragal (Murcia)
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ESUCRISTO
BUEN PASTOR
Óleo sobre tela 89 x 65 cm.
Privado
Al inicio del Misterio Pascual se nos invita a reflexionar sobre
Jesucristo como Buen Pastor, pues él es el que da la vida por las
ovejas: “Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da su vida por las
ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las
ovejas, ve venir al lobo y abandona las ovejas y huye, y el lobo hace
presa en ellas y las dispersa”. (Jn 10,11-12). Esta será la
voluntad de Dios: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su
Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca si no que tenga
vida eterna” (Jn 3,16). El es El Buen Pastor que nos conduce
hacia las fuentes de agua viva, hacia las verdes praderas de su Reino.
CORAZÓN DE JESÚS Y LA EUCARISTÍA
Óleo sobre tela 81 x 65 cm.
Privado
Esta
obra relaciona a la Eucaristía con la devoción del Corazón de Jesús.
Pues la Eucaristía es el sacramento del amor de Dios que se da de
alimento. “Con ansia he deseado comer esta pascua con vosotros
antes de padecer...... Tomó luego el pan y dadas las gracias lo partió y
se lo dio diciendo: “Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros;
haced esto en recuerdo mío.” De igual modo, después de cenar, la copa,
diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada
por vosotros” (Lc 22,14-20).
JESÚS
Y PEDRO, ÚLTIMA CENA
Óleo sobre madera 33 x 23 cm.
Privado
“¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros
como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y
tu cuando hayas vuelto confirma a tus hermanos.” El dijo: “Señor, estoy
dispuesto a ir contigo hasta la cárcel y la muerte.” Pero él dijo: “Te
digo, Pedro: No cantará hoy el gallo antes que hayas negado tres veces
que me conoces.” (Lc 22,31-34).
BESO DE JUDAS
Óleo sobre tela 61 x 50 cm.
Privado
“Todavía estaba hablando, cuando se presentó un grupo; el llamado
Judas, uno de los doce, iba el primero, y se acercó a Jesús para darle
un beso. Jesús le dijo: ¡Judas, con un beso entregas al Hijo del hombre!
“(Lc 22,47-48). “Esta es vuestra hora y el poder de las
tinieblas” (Lc 22,53).
NEGACIÓN
DE PEDRO
Óleo sobre tela 45 x 33 cm.
Privado
“Le dijo Pedro: “¡Hombre no sé de que hablas!” y en aquel momento,
estando aún hablando, cantó un gallo, y el Señor se volvió y miró a
Pedro, y recordó Pedro las palabras del Señor, cuando le dijo: “Antes
que cante hoy el gallo, me habrás negado tres veces. “ Y, saliendo
fuera, rompió a llorar amargamente” (Lc 22,60-62).
JESÚS
Y PILATO
Óleo sobre tela 55 x 46 cm.
Privado
“Mas ellos seguían gritando con más fuerza: “¡Sea crucificado!”
Entonces Pilato viendo que nada adelantaba, si no que mas bien se
promovía tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la gente
diciendo: “Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis. “Y
todo el pueblo respondió: “¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros
hijos!” Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarle,
se lo entregó para que fuera crucificado” (Mt 27,23-26).
JESÚS TRAS LA FLAGELACIÓN
Óleo sobre tela 146 x 114 cm.
Privado
“Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle” (Jn
19,1). “Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y
sabedor de dolencias, como uno ante quien se vuelve el rostro,
despreciable, y no le tuvimos en cuenta. ¡y con todo eran nuestras
dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba!
Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado. Él ha sido
herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. Él soportó el
castigo que nos trae la paz, con sus cardenales hemos sido curados”
(Is 53, 3-5).
ECCE HOMO
Óleo sobre tela 91 x 73 cm.
U.C.A.M.
“Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en
la cabeza y le pusieron un manto púrpura; y acercándose a él, le decían:
”Salve, Rey de los Judíos.” Y le daban bofetadas” (Jn 19, 2-3).
ECCE HOMO
Óleo sobre tela 81 x 60 cm.
Privado
“Volvió a salir Pilato y les dijo: “Mirad, os lo traigo fuera para
que sepáis que no encuentro ningún delito en él”. Salió entonces Jesús
fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Díceles
Pilato: “Aquí tenéis al hombre” (Jn 19, 4-5).
ECCE HOMO
Óleo sobre tela 91 x 65 cm.
Parroquia de Ntra. Sra. de La Encarnación de La Raya (Murcia)
“Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron:
“!Crucificarlo, crucificarlo¡” Les dice Pilato: ¡Tomadlo vosotros y
crucificarle, porque yo ningún delito encuentro en él” Los judíos le
replicaron: “Nosotros tenemos una ley y según esta ley debe morir,
porque se tiene por hijo de Dios” (Jn 19, 6-7).
ROSTRO
DE ECCE HOMO
Óleo sobre tela 55 x 46 cm.
Privado
“Cuando oyó Pilato estas palabras, se atemorizó aún más. Volvió a
entrar en el pretorio y dijo Jesús: “¿de dónde eres tú? Pero Jesús no le
dio respuesta. Dícele Pilato: “¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo
poder para soltarte y poder para crucificarte?” Respondió Jesús: “No
Tendrías contra mi ningún poder, si no se te hubiera dado de arriba; por
eso el que me ha entregado a ti tiene mayor pecado” (Jn
19,8-11).
“Fue oprimido, y el se humillo y no abrió la boca. Como un cordero
al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan
está muda, tampoco él abrió la boca”. Tras arresto y juicio, fue
arrebatado y de sus contemporáneos, ¿quién se preocupa?” (Is 53,
7-8).
JESUS
ABRAZANDO LA CRUZ
Óleo sobre tela 81 x 60 cm.
Privado
“Era el día de la preparación de la Pascua, hacia la hora sexta.
Dice Pilato a los judíos: “Aquí tenéis a vuestro Rey”. Ellos gritaron:
¡fuera, fuera! ¡Crucificarle! Les dice Pilato: “A vuestro Rey voy a
crucificar?” replicaron los sumos sacerdotes: “No tenemos más Rey que el
Cesar”. Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues
a Jesús, y él cargando su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario,
que en hebreo se llama Gólgota” (Jn 19 14-17).
Jesús abrazando su propia cruz nos invita también a los cristianos a
abrazar y llevar la nuestra.
SANTA FAZ
Óleo sobre tela 33 x 23 cm.
Privado
De Jesús se puede decir: “Eres el más bello de los hombres”
y con el salmo “Eres hermoso, el más hermoso de los hijos de
Adán, la gracia está derramada en tus labios. Por eso Dios de bendijo
para siempre” (Sal 45, 3).
Pero esta hermosura en la pasión se ve torturada de dolor hasta ser
deformada: “Pues tan desfigurado tenía el aspecto que no parecía
hombre, ni su apariencia era humana” (Is 52,14).
SANTA FAZ
Óleo
sobre madera 42 x 27 cm.
Privado
La faz de Cristo
interpela el corazón humano, pues Dios se ha manifestado mediante el
Rostro, el rostro humano de Cristo. El deseo de contemplar el rostro de
Dios se sacia en la contemplación de la humanidad de Jesús “A Dios
nadie lo ha visto jamás; el hijo único, que está en el seno del padre él
lo ha contado” (Jn 1,18).
SANTA FAZ
Óleo sobre madera 50 x 40 cm.
Privado
“El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser
igual a Dios. Sino que se despojó de si mismo tomando condición de
siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como
hombre; y se humilló a si mismo obedeciendo hasta la muerte y muerte de
cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el nombre que está sobre
todo nombre, para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los
cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo
Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre” (Flp 2,6-13).
SANTA FAZ
Ceras sobre papel 40 x 30 cm.
Privado
“Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si uno come de este pan,
vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar es mi carne por la
vida del mundo” (Jn 6, 51). En la pasión de Cristo se descubre
el verdadero rostro de Dios que es amor e infinita misericordia. La
mirada de Cristo siempre es una mirada de AMOR.
SANTA FAZ
Ceras sobre papel 43 x 24 cm.
Privado
“Discutían entre si los judíos y decían: ¿Cómo puede este darnos a
comer su carne?” Muchos de sus discípulos al oírle dijeron: “Es duro
este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo? Pero sabiendo Jesús en su
interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: “¿Esto os
escandaliza? ¿Y cuando veáis a su hijo del hombre subir a donde estaba
antes?... “El espíritu es el que da vida; la carne ni sirve para nada”
(Jn 6, 52. 60-63).
Parece duro el lenguaje de Dios que entrega a la muerte a su propio
Hijo, y a nosotros se nos invita también a participar de esta muerte.
SANTA FAZ, SABANA SANTA
Óleo sobre tela 81 x 60
cm.
Privado
La obra representa una reconstrucción del rostro
de Cristo inspirada en la Sábana Santa. Jesús es verdaderamente un
hombre de carne y hueso como nosotros pese a su condición divina. Por
tanto verdaderamente padece y sufre todos los tormentos de la Pasión y
Muerte. Sin embargo la Fe nos hace cantar, como la novia del Cantar de
los cantares:
“Mi amado es fúlgido
y rubio, distinguido entre diez mil. Su cabeza es oro, oro puro; sus
guedejas racimos de palmeras, negras como el cuervo. Sus ojos como
palomas juntos a arroyos de agua, bañándose en eras de balsameras,
macizos de perfumes. Sus labios son lirios que destilan mirra fluida”.
(Ct 5, 10-13).
VELO
DE LA VERÓNICA
Óleo sobre tela 60 x 60 cm.
Particular
Corresponde a una piadosa tradición el hecho de que una mujer, movida
por el amor y la compasión, fue a enjugar el rostro de Jesús en el
camino del Calvario tras su primera caída por el peso de la cruz. En
este velo que utilizó quedó impreso el rostro de Cristo milagrosamente.
Independientemente de su carácter histórico o no, es un gesto de amor
que ha conmovido al Pueblo de Dios como si cada discípulo deseara
limpiar esta sangre y aliviar este sufrimiento. “Este es el
mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos” (Jn
15, 12-13).
VELO
DE LA VERÓNICA
Óleo sobre tela 73 x 73 cm.
U.C.A.M.
Lo que estaba oculto de Dios ha sido “desvelado” en Cristo, y lo que ha
sido desvelado es el infinito amor del Padre que no se reservó ni a su
propio Hijo. La máxima contemplación de Dios será, pues, contemplar este
rostro torturado de Cristo. Cuando Moisés conversaba cara a cara con
Dios y salía de la tienda del encuentro cubría su rostro con un velo
pues este estaba radiante de la gloria de Dios. Con la muerte de Cristo
en la cruz todo está desvelado: “En esto el velo del Santuario se
rasgó en dos, de arriba a bajo” (Mt 27,50).
VELO DE LA VERÓNICA
Óleo sobre tela 73 x 60 cm.
Privado
Otra versión del mismo motivo. Ahora se ha interpretado como si fuera
una “reliquia” del verdadero manto de la Verónica; por eso su
tonalidad es parda y envejecida, y la tonalidad de la sangre oscura,
emulando el envejecimiento de la tela. No se pretende “un fraude”, en
absoluto; sino proporcionar al espectador la sensación de situarse ante
un objeto sagrado que le invite a la oración.
JESÚS
Y SU MADRE EN EL CAMINO DE LA CRUZ
Óleo sobre tela 97 x 97 cm.
Parroquia de Ntra. Sra. de La Encarnación de La Raya (Murcia)
Cuando Jesús es arrestado todos los discípulos huyen y se esconden, pero
Juan como “discípulo amado”, permanecerá fiel. En esta obra se
representa el tradicional encuentro de Jesús con su madre en el camino
del Calvario y junto a la Madre también el “discípulo amado” Juan.
“Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersareis
cada uno por vuestro lado y me dejareis solo. Pero no estoy solo, porque
el Padre está conmigo” (Jn 16, 52). “Si alguno quiere
venirse en pos de mi, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada dia y
sígame. Porque quien quiere salvar su vida la perderá; pero quien pierda
su vida por mí, ese la salvará” (Lc 9, 23-24).
JESÚS CRUCIFICADO
Óleo sobre tela 162 x 130 cm.
Seminario Diocesano de Murcia
“Le conducen al lugar del Gólgota, que quiere decir: Calvario. Le
daban vino con mirra, pero él no lo tomó. Le crucificaron y se reparten
sus vestidos, echando a suertes a ver que se llevaba cada uno. Era la
hora tercia cuando le crucificaron. Y estaba puesta la inscripción de la
causa de su condena: “ El Rey de los judíos”. Con él crucificaron a dos
salteadores, uno a su derecha y otro a su izquierda” (Mc 15,
22-27).
CRISTO CRUCIFICADO
Óleo sobre tela 310 x 192
cm.
U.C.A.M.
“Llegada la hora
sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. A la hora
nona gritó Jesús con fuerte voz: “Eloi, Eloi, ¿Lema Sabactaní? –que
quiere decir- “¡Dios mio, Dios mio!” ¿Por qué me has abandonado?” Al oír
esto alguno de los presentes decían: “Mira llama a Elias.” Entonces uno
fue corriendo a empapar una esponja en vinagre y sujetándola a una caña,
le ofrecía de beber diciendo: “Dejad, vamos a ver si viene Elias a
descolgarle.” (Mc 15, 33-36).
“Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me
has abandonado?
¡Lejos de mi salvación la voz de mis
rugidos!....
Y yo, gusano que no hombre,
vergüenza del vulgo, asco del pueblo,
todos los que me ven de mí se mofan,
mueven los labios, menean la cabeza;
“se confió a Yahveh, ¡pues que él le
libre,
que le salve, puesto que le ama!” (Sal 22,
1.1-9).
CRISTO CRUCIFICADO
Óleo sobre tela 270 x 165 cm.
Privado
“Como el agua me derramo, todos mis huesos se dislocan, mi
corazón se vuelve como cera, se me derrite entre mis entrañas. Está seco
mi paladar como una teja y mi lengua pegada a mi garganta; tú me sumes
en el polvo de la muerte.
Perros innumerables me rodean, una banda de malvados me acorrala
como para prender mis manos y mis pies, puedo contar todos mis huesos;
ellos me observan y me miran, reparten entre si mis vestiduras y se
sortean mi túnica” (Sal 22 15-19).
“Pero Jesús lanzando un fuerte grito, expiró”
(Mc 16, 37).
DOLOROSA
Óleo sobre tela 100 x 81 cm.
Parroquia de Ntra. Señora de La
Encarnación de La Raya (Murcia)
“Junto a la cruz de Jesús estaba su madre y la hermana de su madre,
Maria, mujer de Clopás y Maria Magdalena”. Jesús viendo a su madre y
junto a ella el discípulo a quien amaba, dice a su madre: “Mujer, ahí
tienes a tu hijo” Luego dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y
desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa”
(Jn 19, 25-27).
MARIA MAGDALENA
Óleo sobre tela 100 x 81 cm.
Parroquia de Ntra. Señora de La
Encarnación de La Raya (Murcia)
“Había también unas mujeres
mirando desde lejos, entre ellas, Maria Magdalena, María la madre de
Santiago el menor y de Joset, y Salomé, que le seguían y le servian
cuando estaba en Galilea, y otras muchas que habian subido con él a
Jerusalén”. (Mc 15, 40-41). Maria,
Magdalena supo permanecer junto a Jesús por el gran amor que le
profesaba: “Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos
pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco
amor muestra” (Lc 7, 47).
LA
LAMENTACIÓN
Óleo sobre tela 150 x 250 cm.
Privado
“Pero al llegar a Jesús como lo vieron ya muerto no le quebraron
las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una
lanza y al instante salió sangre y agua. Y todo esto sucedió para que se
cumpliera la escritura: No se le quebrará hueso alguno. Y también otra
escritura dice: Mirarán al que traspasaron” (Jn 19, 33).
La escena representa el momento en que Cristo es bajado de la Cruz por
José de Arimatea. En ella aparecen junto a Jesús muerto, San Juan, La
Virgen María, Maria la de Santiago, Salomé con el sudario, Nicodemo con
las profecías, Maria Magdalena llorando a los pies de Jesús con los
perfumes y José de Arimatea. “Tomaron el cuerpo de Jesús y lo
envolvieron en vendas con los aromas, conforme a la costumbre judía de
sepultar” (Jn 19,40).
“PIETÁ”
Óleo sobre tela 185,5 x 123 cm.
Privado
La Piedad quizás sea la escena más conmovedora de la Pasión: La madre
recibe a su hijo en brazos y lo recuesta en su regazo como lo hiciera de
niño cuando lo amamantaba. Hay un desgarro de dolor, pero también una
esperanza, una luz que alumbra la penumbra de la Fe: Se trata de un
designio de amor, una Obra del Padre y el cumplimiento de la misión
mesiánica revelada en el Bautismo, cuando el Espíritu Santo bajó en
forma de paloma sobre Jesús. María sin duda recordaría las palabras del
anciano Simeón “¡Y a ti misma una espada te traspasará el alma!”
(Lc 2, 35)
LA
SEPULTURA DE CRISTO
Óleo sobre tela 130 x 195 cm.
Privado
“Quien comprando una sabana, lo descolgó de la cruz, lo envolvió
en la sábana y lo puso en un sepulcro que estaba excavado en roca; luego
hizo rodar una piedra sobre la entrada del sepulcro. María Magdalena y
Maria de Joset se fijaban donde era puesto” (Mc 15, 46-47).
La escena representa el momento en que Jesús es introducido en el
sepulcro, recostado sobre la losa, envuelto en la sábana, preparado el
sudario que ha de rodear su cabeza con las dos monedas que han de ser
depositadas sobre sus párpados, según la costumbre judía. Al fondo una
luz de atardecer -hora de su sepultura- , y la piedra que ha de rodar
para sellar la sepultura. Los personajes son los mismos que en la
Lamentación: Jesús muerto, María Magdalena, San Juan, La Virgen María,
Nicodemo, Maria la de Santigo, Salomé, y en primer plano José de
Arimatea.
SANTÍSIMA
TRINIDAD
Óleo sobre tela 240 x 160 cm.
Privado
Se trata en realidad de una composición teológica. El Padre recibe en la
gloria el sacrificio de su Hijo. Este lo recoge en sus brazos, lo recibe
en su seno, y Cristo con los brazos extendidos asciende al Padre. El
Espíritu Santo en forma de Paloma reposa sobre la cabeza de Cristo y
brota del corazón del Padre. Pues en el misterio trinitario, iluminado
por San Agustín, el Espíritu es fruto del amor muto del Padre hacia el
Hijo y del hijo hacia el Padre, por ello en la pintura se encuentra
entre ambos. Las tonalidades de la obra, amarillo, rojo y azul,
corresponde también a los tres colores primarios.
“Padre en tus manos pongo mi espíritu” (Lc 23, 46).
“Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo
y voy al Padre” (Jn 16, 28).
CRISTO EN EL SEPULCRO
Óleo
sobre tela, 48 x 200 cm.
Privado
Cristo dentro de la sepultura, según una imagen tradicional. “¿Qué
es lo que hoy sucede? Un gran silencio envuelve la tierra; un gran
silencio y una gran soledad. Un gran silencio, porque el Rey duerme. La
tierra esta temerosa y sobrecogida, porque Dios se ha dormido en la
carne y ha despertado a los que dormían desde antiguo. Dios ha muerto en
la carne y ha puesto en conmoción al abismo.
Va a buscar a nuestro primer padre como si éste fuera la oveja
perdida. Quiere visitar a los que viven en tinieblas y en sombras de
muerte. El, que es al mismo tiempo Dios e Hijo de Dios, va a librar de
sus prisiones y de sus dolores a Adán y Eva “.(De una homilía
antigua sobre el grande y santo sábado; Oficio de lecturas del Sábado
Santo).