3.- La Luz brilla en las tinieblas

"Yo soy el Dios de Abraham, Isaac y Jacob"

En este conjunto aparecen las imágenes de los tres patriarcas que fundamentan la verdad revelada. La tonalidad de estas pinturas dominadas por los negros y ocres subrayan la oscuridad de la Fe, pues aún no se ha manifestado en su plenitud. Abraham en el momento de la deliberación ante el sacrificio, Isaac ofreciendo el cuello –figura de Cristo- y Jacob tras la lucha con el ángel y apoyándose en un bastón –la cruz-; todas ellas definen lo que es la Fe.


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ABRAHAM 
Óleo sobre tela 130 x 97 cm.
 U.C.A.M. 
Ésta obra representa el momento en que Abrahán ha recibido de Dios el mandato de sacrificar a su único hijo Isaac. Es el momento de la deliberación y la oscuridad de la fe. Sostiene en su mano el cuchillo con el que ha de degollar al joven y la cuerda para atarlo; también sostiene el bastón como nómada que se ha puesto en camino ante la llamada de Dios: “Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré” (Gn 12,1). Abrahán es el Padre de la Fe, a él se revela Dios y son hijos de la promesa todos los creyentes. 


ISAAC 
 Óleo sobre tela 130 x 97 CM.
U.C.A.M. 
Isaac puesto en el altar del sacrificio, atadas las manos y con el cuello dispuesto para ser sacrificado. En el lado derecho la antorcha con el fuego. Él es  figura de Cristo que se ofrece a si mismo sin resistencia como cordero manso llevado al matadero. Él no será sacrificado: “No alargues tu mano contra el niño, ni le hagas nada” (Gn 22,12); en su lugar Dios ha previsto un cordero: “Levantó Abrahán los ojos, miró y vio un carnero trabado en un zarzal por los cuernos. Fue Abrahán tomó el carnero y lo sacrificó en holocausto en lugar de su hijo” (Gn 22,13). 


JACOB 
Óleo sobre tela 130 x 97 cm.
 U.C.A.M. 
Jacob tras la lucha con el ángel. Combate que cada hombre sostiene con Dios hasta aceptar someterse a su voluntad y vivir apoyado en Él. Jacob sostiene el bastón que es en realidad la cruz. “Y habiéndose quedado Jacob solo, estuvo luchando alguien con él hasta rayar el alba. Pero viendo que no le podía, le tocó en la articulación femoral, y se dislocó el fémur de Jacob mientras luchaba con aquel” (Gn 32,25-26).