2.- El mundo no la conoció

Aquí aparecen tres alegorías del saber humano: Alegoría de las ciencias, las artes, y la filosofía. Con esta visión de los frutos de la razón humana se intenta poner de manifiesto la limitación del conocimiento puramente intelectual que no llega a alcanzar la Verdad Plena que es el Verbo Encarnado.




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VIEJO ALQUIMISTA
Óleo sobre tela 116 x 89 cm.
 U.C.A.M.
 Los alquimistas buscaban llegar al conocimiento último de la naturaleza y el Ser de las cosas para dominar los elementos. Pero el Ser Supremo escapa a su capacidad aun cuando “en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades; todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia” (Col 1, 15-17).


LAS ARTES Y LAS CIENCIAS
Óleo sobre tela 116 x 89 cm.
 U.C.A.M. 
La creación entera es un canto al poder, bondad y sabiduría de Dios. A través de la perfección de lo creado podemos elevar nuestra mente hacia el Creador. “Oh Yahveh, Señor nuestro, que glorioso tu nombre por toda la tierra! Tu que exaltaste tu majestad sobre los cielos ... Al ver tu cielo, hechura de tus dedos, la luna y las estrellas que fijaste tú, ¿qué es el hombre para que de él te acuerdes, el hijo de Adán para que de él te cuides?” (Sal 8, 2-4).



CONOCIMIENTO Y FILOSOFÍA 
Óleo sobre tela 116 x 89 cm.
 U.C.A.M. 
La filosofía aborda el verdadero saber, conocimiento del mundo, del hombre y del Ser, juntamente con el sentido de todo cuanto existe. Para los griegos ésta es la verdadera sabiduría. Pero ellos no han reconocido el verdadero saber: “Pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios lo manifestó. Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja  ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, deforma que son inexcusables; porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció; jactándose de sabios se volvieron estúpidos, y cambiaron la gloria de Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles” (Rm 1,19-23).